lunes, 28 de diciembre de 2015

Romper.

Quisiera despedir este año con una pequeña reflexión acerca de lo que he aprendido y experimentado.
De pequeños, somos cual esponjas, absorbiendo, aprendiendo todo lo que observamos a nuestro alrededor. Cada fracaso, cada mala experiencia nos afecta a muchos de nosotros de un modo irrevocable, llenándonos de miedos, inseguridades, que muchas veces son reforzadas incoscientemente por las personas que más nos quieren. Los malos hábitos aprendidos en épocas cruciales son los que conforman la base de nuestro comportamiento en las etapas adolescente y adulta. Y a veces... una serie de acontecimientos inesperados chocan, se encuentran directamente contra tus malos hábitos, se escapan del control que de malas formas hasta ahora lograbas contener y rompes. Sí. Rompes con todo, con tus sueños, con los demás, contigo mismo.

Este año me estrellé contra la realidad y la dureza de la etapa adulta por primera vez, me di cuenta de que no valía la actitud que había mantenido hasta ahora para enfrentarme a la vida, que tenía que cambiar mis pensamientos automatizados, por mi salud, por madurar, por lograr ser feliz.
Y es que es eso. Aprendí que puedes tener etapas mejores o peores en el amor, en la salud, en tu trabajo, en tus proyectos... pero nunca encontrarás la felicidad si no te pones tú mismo manos a la obra. Y es que nadie tiene el secreto de tu felicidad. Nada ni nadie. Asumamos que la felicidad está oculta en cada uno de nosotros. En nosotros está la respuesta para cambiar, para empezar a ser consciente e identificar conductas irracionales.

Tú te pones tus límites, en tus manos está el grado de importancia que hay que darle a lo que piensen de ti los demás. La vida es demasiado corta como para no haberla vivido plenamiente, por el miedo al qué dirán, por haber querido complacer, por no saber querernos y confundir humildad con cortarnos las alas para brillar, por vergüenza, por incomprensión, por soledad.
Y ahora toca lo más complicado, aplicarme el cuento de todo lo reflexionado y aprendido.
Gracias, de corazón a todas las personas que estáis a mi lado siempre, por vuestra paciencia y cariño continuado. Por haber estado ahí incluso en estos últimos meses en los que me he distanciado de todo para recomponerme y resurgir. Pocos amigos de verdad hay, pero qué valiosos sois.
Os animo a todos a vivir sin miedo, a luchar por vuestra felicidad, a tener presente estas palabras y consejos. Arriésgate y no envejezcas arrepentido de no haber sabido disfrutar el siempre insuficiente tiempo.

"Nunca dejes que alguien te diga que no puedes hacer algo solo porque ellos no pueden hacerlo".

Un poco pronto, pero feliz año nuevo :)

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